sábado, 8 de enero de 2011

El país de las Maravillas, el nuestro.

La otra vez me encontré con un amigo que, entre otras cosas, me contó algunas "revelaciones" que un amigo suyo chileno le había comentado sobre la Guerra del Pacífico. Pobre mi hígado que no estaba preparado para soportar la convicción con que aseguraba, como muchos peruanos, que Alfonso Ugarte se cayó del abismo porque no vio lo que estaba delante de él.

Lamentablemente, el sentido del honor militar hoy en día es distinto al del siglo XIX, época en la que la bandera, insignias, estandartes y el mismo suelo eran motivo de orgullo suficiente como para ofrendar la vida por ellos.

La frase "es un saludo a la bandera", bien peruana por cierto, es algo que inventamos nosotros cada vez que cruzamos la pista cuando no debemos, cuando apoyamos la piratería, cuando botamos basura a la calle, cuando manejamos borrachos o cuando avalamos la informalidad, simplemente porque "no nos importa".

No nos burlemos del pasado si no somos capaces de leer sobre él y mucho menos de entenderlo.

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