Otro de los personajes más comunes en el micro es el sinverguenza. Y aquí podemos caer todos ¿Cuántas veces hemos estado realmente cansados y nos hemos hecho los locos o esperado que algún caballero más caballero que tú se levante para darle el asiento a la viejita de 90 años que acaba de subir con una bolsa de cemento? ¿Qué? ¿Nunca? Ah, entonces, soy un patán.
Mención honrosa para las mujeres que creen tener derecho a los asientos reservados y a no levantarse cuando alguien en serio los necesita, total, en ese momento sí se piensan el sexo débil.
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